Júlia sufre dolor de hombro, ya no puede practicar deporte y parece que debe someterse a una intervención quirúrgica. Con OptiMMus consiguió reducir el dolor, recuperar movilidad y ahora juega semanalmente al pádel.

Desde hace tiempo vengo observando en los pacientes que nos visitan en OptiMMus la creciente prisa por obtener resultados y como esta ansiedad puede finiquitar su sanación. Marcar el camino es esencial para establecer claramente hacia dónde vamos y cómo alcanzaremos nuestras metas.

A veces, los resultados cuestan de obtener pero llegan. Me gustaría compartir un caso muy gratificante a tenor de los resultados obtenidos, aunque bastante duro y largo. La paciente me ha autorizado a contar su historia, cambiando su nombre por el de Júlia.

Júlia entró al estudio de OptiMMus en 2008. El dolor de hombro que sufría era tal que le impedía dormir, incluso descansar. Había sido diagnosticada de calcificación en el tendón del supraespinoso derecho y parecía tener que pasar irremediablemente por quirófano, según varios médicos. Lógicamente fue aconsejada que dejara toda práctica física. Su grado de irascibilidad estaba por las nubes dado la falta de descanso y este hecho acomplejaba la recepción de masajes que recibía.

Le propuse trabajar juntos para mejorar su movilidad y empezamos un largo camino. Los principios fueron durísimos y no fue hasta los siete meses, trabajando una hora semanal, que empezamos a observar cambios: su carácter mejoró y su espalda se irguió. El dolor persistía en su hombro pero parece que la intensidad iba reduciéndose y podía disfrutar de algo de descanso.

Al año y medio entró un día en la consulta con una sonrisa de oreja a oreja y, sin mediar palabra, me mostró, con enorme felicidad, que su brazo derecho había mejorado tanto que tenía la misma movilidad que el izquierdo. El dolor de hombro seguía, pero progresaba positivamente.

A los dos años Júlia decidió eliminar un medicamento que tomaba desde hacía tres: la sinvastatina. Se administra a personas que sufren hipercolesterolemia para reducir los riesgos sistémicos de la enfermedad. Pero dicho medicamento puede provocar debilidad muscular. Este fue el motivo principal por el que lo abandonó.

La mejora fue exponencial y pasados seis meses Júlia volvió a correr, a sentirse dueña de su cuerpo. Poco después incluso se atrevió con otras prácticas como el ping-pong y quedó tan gratamente sorprendida que, no contenta con esto, se apuntó a pádel.

Hoy, nueve años después y con 70 años, Júlia disfruta como una niña de sus ratos de ocio practicando el running de forma habitual y jugando a pádel dos horas a la semana. Aunque el camino ha sido largo nos hemos marcado metas que hemos superado y, sobre todo, hemos persistido. Ahora vive encantada y con una vida llena de actividad que jamás pensó podría hacer.

Para ella, ejemplo de tesón, no tengo más que palabras de agradecimiento y reconocimiento. Superar los momentos duros no es fácil, pero con constancia llega el premio esperando. Este es el cometido en OptiMMus: ayudar y acompañar a las personas a alcanzar sus metas.

Si sufres dolor en cualquier parte de tu cuerpo y deseas deshacerte de él, tener un coach a tu lado puede ser la clave para alcanzar tus metas. Explícanos tu caso en una primera consulta gratuita e idearemos la mejor manera de lograr tus objetivos y olvidarnos del dolor.

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